miércoles, 17 de noviembre de 2010

La pilota no encaja en el CSD


Una obsoleta Ley del Deporte. La realidad de la pilota valenciana no tiene reconocimiento oficial en el Consejo Superior de Deportes. La Ley estatal muestra un vacío legal respecto a deportes propios de las distintas autonomías.


ALBERTO SOLDADO VALENCIA El exitoso Europilota ha coincidido con el XXV aniversario de la Federació de Pilota. Una competición continental que ha roto moldes y que ha elevado al conjunto de la pelota valenciana a alturas impensables. Han sido XXV años de consolidación de un hermoso proyecto, en un trabajo en común, de aficionados, clubes, "trinqueters", empresas de organización, patrocinadores e instituciones. Sin esa conjunción de fuerzas hubiera sido imposible soñar una obra como la Ciutat de la Pilota, convertida en referencia mundial del conjunto de la pelota a mano. Referencia mundial, sí. La pelota valenciana puede sentirse legítimamente orgullosa de lo conseguido en estos 25 años. Y sin embargo, veinticinco años de institución federativa no han estado acompañados del reconocimiento al máximo nivel del deporte español.¿Puede una Ley del Deporte Estatal ignorar la realidad de la existencia de una federación poderosa surgida en una parte del Estado? Sepan ustedes que la Ley del Deporte no contempla la posibilidad de que una Federació como la de pilota valenciana, tenga reconocimiento del propio Consejo Superior del Deporte. Un deporte autóctono de una región española, puede tener miles de practicantes, organizar competiciones, disponer de una considerable presencia social, de grandes instalaciones, de apoyos televisivos, organizar de hecho competiciones internacionales, y sin embargo a efectos legales, el Consejo Superior de Deporte, la ignora, absoluta y totalmente. La ignora en sus ayudas públicas y en su reconocimiento institucional. No han faltado gestos e interferencias de la Federación Española de Pelota Vasca. El CSD puede caer en la tentación de sucumbir a dichas presiones. Como si la pilota valenciana tuviera algo que ver, por ejemplo, con el frontenis, la paleta con pelota de goma o la cesta punta. Metieron a la pelota valenciana en dicha Federación en la postguerra y setenta años después, con 25 años de libertad creadora, insisten en considerarse con derechos. Si la pelota valenciana ha alcanzado los niveles de reconocimiento internacional actuales se debe, sin género de dudas, a poder disponer de esa libertad de acción.
Instalados en ese vacío legal que impide el reconocimiento de la pelota valenciana en el CSD, en estos 25 años no ha habido partido político valenciano que haya intentado solventar este problema que deja a la pilota, deporte único y diferenciado, en inferioridad de condiciones con otros deportes. La Ley del Deporte, sujeta a una mentalidad centralista, controladora del deporte por el poder político, condena al olvido a los deportes propios de las distintas comunidades, privándoles de derechos respecto a los de práctica más extendida territorialmente¿Es eso Constitucional? ¿Habrá algún político valenciano, capaz de afrontar el trabajo que permita solucionar esa deficiencia? ¿Acaso no ha dado muestras claras y públicas la pilota valenciana de respetar la realidad institucional? ¿No es la Selección Valenciana, un ejemplo de respeto a la diversidad desde el respeto a la realidad institucional ? Si ese reconocimiento no llega, ¿será porque la pelota valenciana no es española? Pues con leyes como las que cercenan sus derechos, a ello nos conducen. Muchos esperan que llegue al deporte la normalidad que existe en su día a día: en uso de lenguas, de símbolos y sobre todo, de derechos. Es cuestión de entender España tal y como es.

Un reconocimiento
internacional de hecho
Desde que en 1993 se incorporara la Federació de Pilota Valenciana a la CIJB, el impulso a las competiciones internacionales del viejo juego de pelota a mano ha sido espectacular. El Europilota ha sido la culminación a un creciente reconocimiento internacional. En los países latinos y anglosajones todos consideran a la Pilota Valenciana y su Federación como referente de trabajo en favor de la difusión del juego de pelota a mano desde una filosofía de sumar con el respeto a las diversidades regionales. Y todo ello se ha logrado sin el menor reconocimiento del CSD. La inexistencia de una federación española de pilota valenciana es la causa de los problemas. La Ley, se "olvidó" en su día de la posibilidad de que deportes autóctonos pudiesen crecer a nivel internacional. La solución pasaría, según algunos juristas, por reconocer a las federaciones de deportes autóctonos, de reconocida presencia social, la consideración de representante estatal.



Fuente : levante-emv

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA PILOTA EN ALCUBLAS

Pese a ser un pueblo castellanoparlante, es frecuente oir a las personas más veteranas de Alcublas la palabra “pilota”, que es tan alcublana como el término “pelota”, por eso, en la web utilizamos indistintamente los términos “pilota” y “pelota”. Y es que en Alcublas, al igual que en toda la comarca de la Serranía, se habla un dialecto cuya base principal es el castellano, pero que incluye otros elementos fruto del influjo del valenciano y del aragonés. Esto crea un rico léxico muy característico que, por supuesto, también se refleja en el ámbito pilotari.

Tradicionalmente, y hasta los años setenta del siglo XX, el deporte que más se practicaba en Alcublas era la pelota. Preguntando a los grandes jugadores de antaño, hemos averiguado que la modalidad que más se jugaba en Alcublas eran las largas, variedad muy parecida a les llargues que ahora se continúan jugando en la zona alicantina. Otra modalidad a la que se jugaba era el palico, con unas características que, en cierta medida, se asemejan a la galotxa y especialmente a la perxa. En este juego, el saque debía de pasar un palo hincado horizontalmente en la pared, igual que en la galotxa. De hecho, parece ser que el término “galotxa” (lo mismo que "perxa" o "palico")hace referencia al término castellano “garrocha”, el palo que se debía superar con el saque.

La práctica de esta modalidad ha quedado plasmada en la toponimia del urbanismo alcublano, siendo el mejor ejemplo "la esquina del Palo", en la calle Virgen de los Desamparados (El Barrio), donde se colocaba el palo sobre el que se fería o "fedía", como se decía en Alcublas.
Las partidas buenas se celebraban los domingos. Los equipos se solían arreglar para hacerlas equilibradas, y en esto como en todo, también había jerarquías: las mejores partidas, las de mayor expectación, en las que jugaban los pelotaris más prestigiosos y de más edad, se jugaban en la Calle Larga (actual C/ D. José Albalat). Las partidas con pelotaris más inexpertos, en las calles del Vicario y de la Parra (actualmente C/ Miguel de Cervantes).



A parte de estas modalidades (largas y palico), y aprovechando la gran variabilidad que ofrece la pelota, también se jugaba al frontón, utilizando la pared de la iglesia. Este fenómeno ocurrió en muchos otros municipios que carecían de instalaciones deportivas, lo que fomentó la “decoración” de las fachadas de los templos con la inscripción “prohibido jugar a la pelota”. Esta era una modalidad que también practicaban los niños, en el patio del colegio o en cualquier calle. Pero cuando había algún desafío o alguna partida extraordinaria a frontón, estas se jugaban en el Cine, en la actual Discoteca Sefos, utilizando como frontis la pared donde se proyectaban las películas.
El atuendo de estas gentes a la hora de jugar era mucho más austero que el actual. En las manos, aparte que las pelotas no eran tan duras como las actuales, apenas llevaban protección. Los pilotaris solían jugar con la mano desnuda o con el guante tradicional de cuero, característico de la pilota valenciana. En realidad, tampoco necesitaban mucho más, pues las manos estaban endurecidas con el trabajo cotidiano en el campo.



En aquellos tiempos en los que la pelota era un deporte habitual en Alcublas, circulaban varias teorías sobre como tratar la mano después de una partida dura. Según nos cuentan, era frecuente ver a un pelotari subido en la mano de su compañero, pisándola contra el suelo para que se deshinchase.

Cuando el mejor calzado eran las esparteñas, los jugadores jugaban descalzos para no romperlas, tal y como vemos en el cuadro de Bru, El joc de pilota. Esto, afortunadamente, fue cambiando con la generalización de los plásticos y su aplicación a los nuevos calzados.
En los años cincuenta, los hombres que jugaban a pelota en Alcublas deciden reunirse y acuerdan construir entre todos un frontón, trabajando desinteresadamente sábados y domingos. Este frontón todavía se conserva, en la entrada del pueblo conforme se llega desde Valencia, pero hoy en día se ha cubierto y se utiliza como local de festejos veraniegos. Se trata de un frontón construido en piedra, con un enlucido exterior que en la actualidad a penas se ve. Los que llegaron a jugar en él aseguran que el bote que ofrece el frontis es mucho más perfecto que el nuevo frontón de bloques de hormigón, pues los bloques, al estar huecos, no presentan la misma consistencia en toda su superficie. Este frontón que costó tanto sacrificio, da buena cuenta de cuan grande era la afición a la pelota en Alcublas.

La construcción de este frontón tuvo sus repercusiones en la práctica de la pelota en Alcublas, pues se fueron abandonando las otras modalidades. Grandes pelotaris disfrutaron de esta cancha. Grandes y memorables fueron muchas de las partidas que en él se jugaron. Venía gente de pueblos cercanos a jugar y siendo frecuentes los desafios contra jugadores de Osset, Andilla o Liria. Una de las partidas más sonadas fue la que se hizo con motivo de la inauguración del mencionado frontón. En él se enfrentaron un equipo de Alcublas y otro con los mejores jugadores de Liria. Del equipo alcublano destacaba el tio Agustín Mollitas que ganó la partida con el saque. El equipo liriano, incapaz de restar los tremendos saques, tan sólo pudo anotar un tanto.
Sin embargo, la época de esplendor del frontón y de la pelota a mano fue llegando a su fin. En los años setenta comienza a generalizarse la práctica del fútbol. También empiezan a aparecer las primeras raquetas y la práctica del frontón se sustituye por la del frontenis.
En los años ochenta y noventa, la práctica de la pelota es mínima o nula.

Pero en 2005 se crea el Club de Pelota Valenciana de Alcublas, y la pelota vuelve a las calles y al frontón de Alcublas. Los tiempos han cambiado y las características de esta nueva gente también. No obstante la ilusión es grande y el trabajo va dando sus frutos: una de las muestras más grandes de la importancia de la labor del Club es ver a los más jóvenes jugar y divertirse con una pelota de badana, como si fuera algo normal. Después de treinta años la práctica de la pelota se está normalizando. Este es el logro más grande de la Escuela de Pelota y la mayor satisfacción de todo el Club. Esperemos que la semilla de la pelota vuelva a arraigar en este pueblo que tanto disfrutó con la práctica del más nuestro de los deportes.


Gabinete de difusión